“Screening for Colorectal Neoplasia”


“Screening for Colorectal Neoplasia”, John M. Inadomi, N Eng J Med, 2017 376;2

“Screening for Colorectal Neoplasia”, John M. Inadomi, N Eng J Med, 2017 376;2
El cáncer colorrectal es el tercer cáncer más comúnmente diagnosticado y causa de muerte por
cáncer en los Estados Unidos; sin embargo, se puede detectar en pacientes asintomáticos en una
etapa curable, y varios ensayos aleatorizados y controlados han mostrado una mortalidad más baja
entre los pacientes que se someten a pruebas de detección que entre los que no lo hacen.
La detección también puede detectar pólipos precancerosos que se pueden extirpar durante la
colonoscopia, lo que reduce la incidencia de cáncer. Existen múltiples estrategias para evaluar a los
pacientes que tienen un riesgo promedio de desarrollar cáncer colorrectal, incluidas las pruebas de
sangre oculta en heces (con el uso de pruebas inmunoquímicas o basadas en guayaco) solas o en
combinación con un examen de ADN en heces, endoscopia (sigmoidoscopia flexible o colonoscopia),
examen radiológico (colonografía tomográfica computarizada [TC]) y pruebas de marcadores moleculares a base de sangre, como el ADN del gen de la septina 9 metilada (SEPT9) circulante. La
detección del cáncer colorrectal implica no solo el uso de una sola vez de una prueba de detección, sino también pruebas repetidas durante la vida de una persona (detección programática). Además,
si la colonoscopia no se realiza como prueba de detección primaria, todas las demás estrategias de
detección requieren una colonoscopia como seguimiento de una prueba positiva. Los pacientes con
riesgo promedio de desarrollar cáncer colorrectal deben comenzar la detección a los 50 años de edad. Las pruebas de detección entre los 76 y los 85 años deben adaptarse, y la detección debe detenerse después de los 85 años. No existe una "mejor" estrategia para la detección del cáncer
colorrectal; por lo tanto, la estrategia más efectiva es aquella a la que un paciente puede adherirse
consistentemente. Las estrategias de detección para el cáncer colorrectal entre pacientes con riesgo
promedio incluyen pruebas anuales de sangre oculta en heces (con el uso de pruebas inmunoquímicas o basadas en guayaco altamente sensibles) o colonoscopia cada 10 años. Si se rechazan estas estrategias, otras opciones de detección pueden incluir sigmoidoscopia flexible, colonografía tomográfica computarizada o análisis de ADN en sangre o heces. Aunque los eventos adversos de las pruebas específicas varían enormemente, los riesgos generales de complicaciones
de la detección están relacionados principalmente con colonoscopias (realizadas previo a, o como
seguimiento de otras pruebas de detección positivas) y polipectomías. La detección fecal se puede
dividir en dos grandes categorías: las que detectan sangre de la mucosa colónica ulcerada como resultado de cáncer o pólipos grandes y las que detectan marcadores moleculares que se
desprenden de las células epiteliales cancerosas, y iene una sensibilidad de 79% y especificidad de 94%. Los ensayos aleatorizados y controlados han confirmado la efectividad de la sigmoidoscopia única y periódica (cada 3 a 5 años), con una mortalidad 26 a 31% menor por cáncer colorrectal entre
los pacientes que se sometieron a un examen de sigmoidoscopia flexible que entre aquellos que no se sometieron a este examen. Los estudios de cohorte prospectivo y de casos y controles han
estimado que la mortalidad por cáncer es 68 a 88% menor entre las personas que se someten a una colonoscopia de detección que entre las que no. La sensibilidad y especificidad reportadas de la
colonografía por TC para detectar adenomas de 1 cm de diámetro o mayores han oscilado entre 66.7 y 93.5% y entre 86.0 y 97.9%, respectivamente. Debido a que los pólipos serrados sésiles son
planos, la colonografía por TC es inferior a la colonoscopia para la detección de estos pólipos. Un pólipo de 6 mm de diámetro o mayor generalmente provoca una derivación para una colonoscopia
óptica, aunque el límite de tamaño más útil es controvertido. La FDA aprobó una prueba de detección de cáncer colorrectal a base de sangre que detecta el ADN de SEPT9 metilado circulante.
Elaboró: Enoc Goudet Vértiz.

20-Febrero-2020